Los días pasan y ahora que me hallo en vacaciones me gustaría poder apagar mi mente y dedicarme a cultivar mi alma. Estoy tomando medicamento de nuevo y pienso que la idea de hacerlo me provoca felicidad, pese a lo depresivo de todo el asunto, pues no había podido tener la oportunidad de tomarlo de nuevo, en una decena de años.
También estoy pensando en tomar clases para corregir textos, o clases de ortografía, pues me doy cuenta de que uso muchas comas (risas).
En fin, la idea de volver a mi yo inicial siempre me alegra, pues me recuerda quién soy y también edifica mi espíritu. Aunque todos sabemos que solamente es Dios quién puede hacerlo plenamente.
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